sábado, 16 de octubre de 2010

Madre... y sí (Primera parte)


Aclarando de entrada que ser madre es lo más maravilloso que me pudo haber pasado en este mundo, que el parto natural es una experiencia única e inenarrable y teniendo en cuenta que las publicidades se encargan de mostrar el regocijo que nos provoca cada sonrisa, cada palabra y cada logro -por pequeño que sea- de nuestros amados parvulitos, paso a referirme a "la otra cara" de ser mamá.



- La gestación
Esa maravillosa etapa que dura 9 meses.. 9 meses!!!! Era necesario? No lo podíamos arreglar en menos? No digo como la marsupial bandicut de nariz corta, cuyo embarazo dura 12 breves días. Pero... que se yo, ¿5 semanitas, como cisnes y conejas? ¿Dos meses, como las gatas? ¿50 días, como las zorras? Está bien, las elefantas cargan con el peso de la dicha entre 17 y 25 meses según la especie, así que no me quejo más...
Decía, esa maravillosa etapa que empieza con vómitos, sigue con dolores lumbares, luego el cuerpo empieza a leudar cual pan de campo, las piernas se hinchan, los zapatos aprietan y los desagradecidos te patean el hígado, el bazo y todo lo que encuentran por ahí. La suegra de pronto nos ama, toda la familia nos cuida (en realidad cuidan el envase) y el padre está hecho un inservible por los nervios. En los últimos meses, te levantás cada media hora para ir al baño y lo poco que dormís lo hacés sentada (excelente preparación para el resto de la vida sin sueño de corrido) y una sigue trabajando hasta último momento, para guardarse más días para cuando la criaturita nos necesite... más que ahora.
Seguir leyendo Y empezamos a desear que nazca, en parte porque no aguantamos más las ganar de ver esa carita, esas manitos y esos piecitos... y en parte porque queremos que el ya desarrollado ser humano siga su vida en un lugar distinto que nuestro vientre!

- El parto
Otro momento maravilloso, que normalmente nuestros desubicados retoños inician cerca de la medianoche, como para no dejarnos dormir desde el primer día. También es el momento en que una pierde de una vez y para siempre su identidad: todos te empiezan a decir "gorda" o "mami". Ya está, ya no somos más Juana, María o Ana, al improperio de gorda se suma la cualidad de "mamá de".
(En el medio, el sátrapa que nos metió en este entuerto se olvidó los documentos en casa, o el bolso o a nosotras mismas, y tiene que volver).
De ahí pasamos a la escena en que abrimos las piernas delante de unas 5 u 8 personas (depende del Sanatorio, hospital y tipo de parto) y como no nos importa nada, perdemos absolutamente el sentido del pudor (que no recuperamos nunca más).
En el preciso instante en que empezamos a pensar que la vida ya no nos puede pedir más, llega Superman: el anestesista... que nos somete a una postura ridícula y pide que nos quedemos quietitas justo en el momento que nos llega la contracción... No importa, al rato, lo amamos.

(Acá llega el acontencimieto inenarrable, que por lo milagroso y bello no merece ni el menor chiste ni blasfemia de mi parte. Lo mirás, lo tocás y la amnesia inmediata hace que una mujer sea capaz de embarazarse y parir más de una vez).

- La internación
Agotadas, llegamos a la habitación y lo único que queremos es a nuestro hijo en nuestro pecho y a su progenitor al lado. Pero la habitación se empieza a llenar de gente con buenas intenciones, que nos ama profundamente y está felíz... "Vos descansá, nena", "No hables, que te va a hacer mal", "No es mejor si lo acostás de costado" "No, tienen que estar boca arriba", "A Robertito le daban glucosa..." "No hace mucho frío acá"....Ya se van?, dan ganas de preguntar...
La primera noche (ya llevamos una sin dormir) del primer hijo, suele venir la nurse a preguntar: ¿Querés que me lo lleve, así descansás?- No! -respuesta indignada- Dejameló... Las reincidentes aprendemos de nuestros errores y la primera noche del segundo hijo (que también estamos sin dormir), llamamos para que se lleven al tesorito y nos lo reintegren a la mañana sin falta para alimentarlo (si es limpito, mejor).

Si uno tiene suerte y mucha gente que lo quiere, la habitación se empieza a llenar de regalos y hay que organizar el alta en un camión de mudanzas, o al menos una chatita...

- La vuelta a casa
En ese momento glorioso, la familia y los amigos suelen tener la dignidad de dejarnos solos (madres agradecidas, porque nos tuvimos que poner la misma ropa con la que llegamos, porque el jean que pusimos en el bolso se niega a entrar en nuestra humanidad). Y ahí estamos, SOLOS, con ese extraño-conocido que nos mira... y ya no hay nurse, ni enfermeras, ni neonatólogos... y hay que hacerse cargo de la situación. Y nos damos cuenta que la ropita que preparamos con tanto amor es lo menos práctico que había en el mercado, que con los pañales que compramos lo podríamos envolver completo como para una encomienda, que de ninguna manera va a dormir en la cuna como hacía en el Sanatorio, que ya descansó de su trabajo durante el parto y no va a dormir durante más de dos horas seguidas, que el óleo calcáreo es un invento nefasto y pegajoso... y que somos inmesamente felices.

(Continuará)

3 comentarios:

  1. Totalmente identificada.
    Sólo agregaría un temilla no menor: la lactancia. En medio de todo ese caos aparece el emblema de la "buena madre" y, todavía sin dormir, comienza la presión de si el niño se prende, si la leche te baja, y la lucha por la privacidad en un momento donde no tenés ganas de que todas las mujeres se queden a mirar, "total son mujeres", y participar cual comentaristas de un partido de fútbol que te van indicando toooodo lo que hiciste mal y te cuentan tooooodo lo que hiciesron ellas... o no son madres, y te miran como si lo que estás haciendo fuera lo más desagradable y doloroso que existiera.

    En fin, feliz día, querida :)

    ResponderEliminar
  2. BUENO YO PIENSO QUE EL EMBARAZO ES UNA COSA MUY BONITA SENTIR A TU HIJO HAY DENTRO DE TI MOLA YO ESTOY CONTENTO Y TODAVIA A FECHA DE HOY NO QUIERE SALIR Y SE A PASADO DE CUENTAS EL 1 DE OCTUBRE HAY ESTA SUPER COMODO QUE NO KIERE SALIR ESPEREMOS QUE CON LA LUNA LLENA DE HOY SALGA VENGA UN SALUDO A TOD@S LAS EMBARAZADAS,NUESTRO HIJO SE VA A LLAMAR JULEN.

    ResponderEliminar
  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar