domingo, 6 de junio de 2010

Sí, soy Periodista, y estoy orgullosa de serlo

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Después de unos 17 años de trabajar en aquello de lo que estudié, sigo estando orgullosa de ser periodista y disfruto mi laburo día a día.
Es una profesión con muchas satisfacciones y también con muchos sinsabores.
Debe ser una de las profesiones más criticadas del mundo. Rara vez se pone en duda la pericia del médico, del abogado, del contador, del ingeniero o del arquitecto. Sencillamente porque la gente que no estudió "eso" se sabe ignorante al respecto.
En cambio de periodismo, y de medios en general, todo el mundo sabe.
Debe ser una de las profesiones más golpeadas por las idas y vueltas políticas e históricas.
El periodismo está considerado como uno de los empleos más riesgosos del mundo. Decenas de periodistas mueren violentamente por año en ejercicio de su profesión.
El oficio definido por Gabriel García Márquez como "el mejor del mundo", está entre las 10 profesiones que generan más estrés (diabetes, hipertensión arterial, cardiopatías, gastritis, úlceras, son algunas de las enfermedades recurrentes en los periodistas).
Pero también nuestra profesión nos da la posibilidad de ser testigos y relatores privilegiados de acontecimientos históricos, interlocutores vip de las personalidades y de los protagonistas diarios (los que nos gustan y los que no).
Cada tanto pasamos épocas más o menos complicadas, que pueden ir desde exponer la integridad física, hasta exponer la integridad moral o mental.
Pero la apechugamos.
La mayoría de los que amamos esta profesión somos enfermos por ella. No dejamos de ser periodistas ni un minuto. Dormimos con los celulares encendidos en la mesita de luz, leemos y miramos todo lo que publican todos, lo discutimos, salimos corriendo a nuestras redacciones sin que nos llamen y en horarios estrambóticos cuando pasa algo que nos parece que lo amerita, trabajamos fines de semana y feriados, de madrugadas, sin dormir o bajo la lluvia. Somos curiosos, inconformistas, inquietos, inquisidores, difíciles de convencer, escépticos y, obvio, ególatras y soberbios.
Los que amamos la profesión... como en todos lados hay de todo...
Por eso a veces me duele cuando se generaliza, cuando quedamos en medio de peleas que no nos pertenecen, cuando nos denigramos entre nosotros. Porque aunque muchos no lo crean, los que amamos esta profesión, somos generosos y respetuosos entre los colegas.
Tenemos amigos en todos y cada uno de los medios. Nos respetamos, nos halagamos el trabajo, nos pasamos datos.
Yo sé que hoy por hoy, con lo desgastada, denigrada y denostada que está nuestra profesión, me van a a saltar varios a la yugular, voy a tener comentarios poco amables y muchos palos. No me importa.
Estoy orgullosa de ser periodista. Estoy orgullosa de los maestros que tuve en la trinchera. Estoy orgullosa de mis amigos periodistas. Estoy orgullosa de haber crecido como periodista y como persona al lado del Señor Enrique Sdrech. Estoy orgullosa de que Mauro Szeta, Florencia Etcheves y Gustavo Tubio sean mis amigos.
Así que para ellos, para los que todos los días lidian a diario con las noticias, para todos los que honran esta profesión maravillosa y para mí: FELIZ DÍA DEL PERIODISTA.