domingo, 11 de julio de 2010

Las redes sociales hacen ruido (Ojo, alguien lee tus twits)


Demasiado ruido hacen las redes sociales. Tanto, que aparecieron los despidos y los candados para los periodistas en twitter.  Esta semana, echaron a una periodista de la CNN por un comentario en Twitter. (Por casi lo mismo, el Reino Unido le cerró el blog a su embajadora en el Líbano).

El tweet que dejó sin trabajo después de 20 años a Octavia Nasr, editora de la CNN con base en Atlanta, fue "Es triste conocer la muerte de Sayed Mohamed Husein Fadlalá, uno de los gigantes de Hezbollah al que respeto mucho". 

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El tema de la embajadora británica en el Líbano, Frances Guy, obviamente es políticamente distinto, pero en su post sólo describía al fallecido Fadlalá como una de las figuras con las que más disfrutó encontrarse en el Líbano. "Cuando lo visitabas tenías un verdadero debate asegurado.Dejabas su presencia sintiéndote mejor", escribió la diplomática. Cada uno puede hacer el juicio de valor que quiera acerca del ayatolá. Mohammed Hussein Fadlallah era el líder de los religiosos chiítas en el Líbano y considerado mentor espiritual de Hizbolá. En lo últimos años, desarrolló algunas ideas liberales, incluyendo aspectos referidos a la igualdad de la mujer, pero tenía una postura abiertamente crítica hacia Estados Unidos y siempre llamó a la resistencia contra Israel. 


Lo cierto es que ambas mujeres hicieron sus afirmaciones en sus espacios de opinión, con su nombre y apellido y no en nombre de las empresas o países que representaban.

En mayo, un editor de la National Geographic en Brasil, Felipe Milanez, fue despedido  por criticar también a través de Twitter un artículo en la revista brasileña Veja.
Milanez escribió "Veja vomita más tufo racista x indios, ahora en Bolivia. Como puede ser tan chula después de este siglo de holocausto?", después de que la revista Veja titulara un  informe "A farsa da nação indígena", en el que se criticaba al Gobierno boliviano y se tildaba al país de "falsa nación indígena".

Cornald Maas, periodista y conductor de la televisión holandesa, también fue despedido por ser irónico en un tweet: “Tenemos curiosos productos de exportación aquí en los Países Bajos: Sieneke, Joran van der Sloot y el PVV”.
Sieneke es una chica holandesa que ganó un concurso en el canal en el que Maas trabaja(ba) y representó a Holanda en Eurovisión. Van der Sloot es un joven -también holandés- sospechoso en la desparición de una mujer norteamericana y el asesinato de otra mujer peruana. El PVV es un partido de ultraderecha -también holandés claro- básicamente anti islamista. Paradójicamente, Sieneke dijo que no se sentía ofendida por el tweet...

Varios medios ya hicieron "recomendaciones" a sus periodistas respecto del uso de las redes sociales.
El Washington Post le dice a sus periodistas que “deben renunciar a algunos de sus privilegios como ciudadanos particulares” y les prohíbe “escribir o publicar cualquier cosa que pueda reflejar una parcialidad o favoritismo político, racial, religioso o sexual”.

Reuters acaba de lanzar su "política de medios sociales". En ella, directamente le prohíbe a sus periodistas twittear primicias, les pide que tengan una cuenta separada para "cuestiones personales", y que todo twit periodístico vaya acompañado de la palabra "Reuters"

La Red Globo de Brasil prohíbe a los periodistas usar redes sociales para comentar “temas relacionados con las actividades de la televisora, con el mercado de los medios y con su marco regulatorio”.

La BBC aconseja tener cuidado al retwittear porque “puede parecer que el periodista está respaldando el punto de vista del autor”.

El debate tiene que darse, sin duda. Habría que recordar en medio del debate que los periodistas somos personas, que tenemos ideas, humor y puntos de vista que no siempre tiene que estar de acuerdo con los de los demás.

4 comentarios:

  1. Dejamos de ser ciudadanos y pasamos a ser empleados full time?
    No habia acaso una palabra llamada vida privada?
    Tambien te van a sugerir a quien votar?

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  2. El Periodista no puede dejar de ser ciudadano y opinar. No manchemos las redes sociales.

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  3. Es una lástima que los medios lo tomen de esa manera, porque evidentemente las opiniones personales no siempre van a coincidir con las de quien te contrata. Y el uso de Twitter puede ser algo meramente personal, lo cual va en contra de la libertad (o tener dos cuentas, la personal y la pública. Medio loco, no?)

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  4. Es el típico doble estándar de cualquier actividad que influye en la vida de muchas otras personas. Trato de imaginar cómo podría un Presidente, Ministro, Alto Cargo de una confesión religiosa, Gerente de una importante transnacional o Presidente de Club Deportivo importante (por nombrar algunos solamente) opinar en un medio público separando el cargo que ostenta de la persona particular. La práctica enseña que es sumamente difícil y que la opinión de esas personas es percibida por el público general como la opinión del cargo y no de la persona. Un triste ejemplo es la participación de Iván Zamorano en la campaña publicitaria del Transantiago. Hasta hoy sigo escuchando comentarios negativos hacia Iván a causa de las falencias del sistema de transporte. ¿Cómo podría separar Iván (el Líder deportivo) sus dichos respecto de los de Iván (la persona normal que come y duerme como todos)? No hay forma. ¿Alguien recuerda la reacción de los mercados cuando Alan Greenspan anunció su retiro de la Fed? Por eso, los líderes de opinión deben tener especial cuidado en qué dicen, cómo lo dicen, qué medio utilizan y cuándo lo hacen. Todo lo que una persona pública dice o hace influye la opinión y actuación de muchas personas, muy pocas de ellas pertenecientes a su círculo de conocidos.

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